Cáncer infantil
Los cánceres infantiles más frecuentes son: leucemias (cáncer en la sangre), tumores del cerebro y sistema nervioso central, linfomas (cáncer del sistema linfático), neuroblastoma (tumor en las células nerviosas), tumores de Wilms (tumor en los riñones), sarcomas (cáncer en los huesos y tejidos blandos), retinoblastoma (tumor en el ojo), tumores germinales (tumor en las células reproductivas).
Según las últimas estimaciones hechas por Globocan 2018, cada año se diagnostican aproximadamente 18 millones de casos nuevos de cáncer en todo el mundo de los cuales, más de 200,000 ocurren en niños y adolescentes. El sureste mexicano encabeza la tasa de mortalidad por cáncer en niños (0 a 9 años); Campeche (6.3), Chiapas (6.2), Aguascalientes (6.0), Colima y Tabasco (5.6). En adolescentes (10 a 19 años) la mayor tasa de mortalidad corresponde a: Campeche (8.6), Tabasco (7.6), Chiapas (7.0), Oaxaca (6.5) e Hidalgo (6.4).
Si bien algunos de los cánceres infantiles no pueden prevenirse sí existen acciones puntuales que podemos llevar a cabo para reducir ciertos riesgos como lo es vacunar a los niños y adolescentes contra el virus del papiloma humano (VPH) y la hepatitis B. Mantener hábitos saludables, alentando a la familia a mantener una dieta equilibrada acompañada de ejercicio regular; evitar la exposición pasiva al humo del tabaco, así como a otras sustancias con alto potencial dañino como plomo, mercurio y pesticidas. En cualquier parte del mundo pero con más hincapié en una ciudad tan calurosa como Mérida Yucatán, es importante proteger a los niños de la exposición al sol excesiva y utilizar protector solar para reducir el riesgo de cáncer de piel.
La detección temprana del cáncer infantil es fundamental. Los padres y cuidadores deben estar atentos a cualquier signo o síntoma de enfermedad y llevar a los niños a chequeos regulares con su médico, los cuales deben ser al menos una vez al año. Es importante destacar que cada tipo de cáncer infantil es diferente en términos de síntomas, tratamiento y pronóstico, y que el diagnóstico temprano es fundamental para un tratamiento efectivo.