Día de muertos. Reflexión sobre donación.


La pérdida de un ser querido afecta profundamente a las familias, pero también puede abrir un camino hacia la esperanza, especialmente cuando el fallecimiento permite la posibilidad de donar órganos o tejidos.

 


El Día de Muertos es una tradición mexicana que invita a recordar y honrar a quienes han partido. Es una fecha especial para reflexionar sobre la vida, la muerte y el amor que nos une a nuestros seres queridos, incluso después de su partida. Como médicos y coordinadores de donación de órganos y tejidos, esta celebración adquiere un significado especial: nos recuerda la complejidad del duelo y la generosidad de quienes, en medio de su dolor, deciden dar vida a otros a través de la donación.

 

El duelo es un proceso profundamente personal, que involucra emociones como la tristeza, el enojo, la culpa y, en ocasiones, la paz. La pérdida de un ser querido afecta profundamente a las familias, pero también puede abrir un camino hacia la esperanza, especialmente cuando el fallecimiento permite la posibilidad de donar órganos o tejidos.

 

En el contexto de la donación, el duelo adopta matices únicos. Por un lado, las familias enfrentan el dolor de la pérdida; por otro, encuentran un consuelo en la idea de que su ser querido puede ayudar a salvar o mejorar la vida de otros. Esta decisión no elimina el duelo, pero ofrece una forma de resignificar la partida, de transformar una pérdida en un acto de amor y trascendencia.

 

En el Día de Muertos, las familias que han perdido a un donante pueden recordar y honrar su vida de una manera especial. Las ofrendas, los altares y las celebraciones ofrecen un espacio simbólico donde se mantiene vivo el recuerdo, y la presencia de esos seres queridos permanece tangible en la memoria. Las flores de cempasúchil, el pan de muerto y las velas encendidas permiten a las familias conectar con la vida de sus seres amados desde un lugar de gratitud y amor. Para muchas familias donantes, este día no solo es un homenaje, sino un momento para reconciliarse con el dolor y la pérdida, al saber que, gracias a la donación, otras personas pueden seguir viviendo. Este acto de generosidad trasciende en el tiempo y permite que el donante, de alguna forma, continúe presente en el mundo.

 

Como profesionales de la salud y coordinadores de donación, tenemos el compromiso de brindar apoyo emocional y acompañar a las familias en el proceso de duelo, reconociendo sus necesidades y respetando su tiempo. Es fundamental que el duelo sea acompañado de manera respetuosa, sin minimizar las emociones, y que se reconozca el valor de cada decisión, tanto de quienes eligen donar como de quienes no lo hacen.

 

En este Día de Muertos, recordamos a todos aquellos que, en vida o tras su partida, han permitido que otros continúen, y nos comprometemos a acompañar y honrar a sus familias en este camino.

 


La muerte es parte de la vida, y el Día de Muertos es un recordatorio de que los seres queridos nunca desaparecen del todo mientras los recordemos. La donación de órganos y tejidos es una forma de darle un nuevo sentido a la despedida, un acto de vida en medio del duelo que simboliza la capacidad humana de convertir el dolor en esperanza.


Siguiente
Siguiente

Día del médico