Fórmula 1, desafiando el cuerpo humano
El interior de los coches de Fórmula 1 puede alcanzar temperaturas de hasta 50°C debido al calor generado por el motor y a la falta de ventilación, lo que implica que los pilotos se someten a una deshidratación constante y por lo consiguiente, a una sensación de fatiga prolongada durante el promedio de dos horas de duración de una carrera. Por su puesto que lo que se espera de ellos es una alta concentración y en el medio ambiente de calor extremo en el que deben actuar, su ritmo cardíaco se eleva, lo que requiere una buena condición física y resistencia cardiovascular, misma que se consigue con ejercicios aeróbicos como correr, nadar o andar en bicicleta para mejorar su resistencia cardiovascular y capacidad pulmonar. La fuerza que deben generar para mantener el volante y los pedales de freno y acelerador con una gran precisión y fuerza soportando las resistencias generadas por la velocidad, las curvas y los frenones, se calcula que debe ser superior a cuatro veces su peso corporal, por lo que es indispensable que cuenten con una buena fuerza muscular desarrollada a través del levantamiento de pesas y ejercicios de resistencia.
Los pilotos de Fórmula 1 necesitan tener excelentes reflejos para poder tomar decisiones rápidas y precisas en situaciones de alta velocidad y bajo presión, para mejorar estas habilidades los corredores pueden realizar ejercicios específicos para mejorar la coordinación o utilizar simuladores de conducción para practicar en un entorno seguro.
En resumen, los corredores de Fórmula 1 deben estar en excelente forma para poder soportar las exigencias físicas y mentales de este deporte y ser capaces de competir al más alto nivel para poder portar como Sergio el Checo Pérez, el primer lugar en el Gran Premio de Arabia Saudita.